viernes, 25 de noviembre de 2011

Del carácter de los equipos

Como madridista con algo de memoria siento algo parecido a la vergüenza ajena cuando el que fuera gran derby de la ciudad se ha convertido en un vapuleo constante e inmisericorde a los rojiblancos. El guión parece estar escrito de antemano y lo que varía es el tamaño de la humillación.

Dice el cursi (pero madridista) de Javier Marías que "un acérrimo vikingo preferirá siempre que gane el B antes que el Atleti". Bueno, eso sería antes, ahora lo que hagan los del río nos da exactamente igual y eso es lo peor que le puede pasar a un equipo, que despierte indiferencia, incluso entre sus peores enemigos. Carecen de personalidad y de alma, no saben a lo que juegan y nadie parece recordarles que hace no tanto tiempo eran, o casi, un grande. Sufrirán muchos años.

Al Madrid lo define su extrema ambición y lo insoportable que se le hace la derrota, una variable que el viejo Chamartín no tolera a pesar de lo del "cuando pierden dan la mano". El atrevimiento, un cierto aire de soberbia y el odio profundo que despertamos en nuestros rivales son rasgos que también explican nuestro carácter.

En la imagen, Xabi Alonso, controlando el balón en un partido de la Copa de Europa en 2010.


lunes, 5 de septiembre de 2011

Cobardes


Cobarde: Que carece de valor o de ánimo para enfrentarse a un peligro, a una dificultad o a un esfuerzo, o muestra esa carencia.

Se ha puesto de moda quejarse de la desigualdad de nuestra liga, sobre todo entre aquellos que, poco acostumbrados a codearse con la élite, han vivido recientes momentos de cierta gloria pasajera. Estas plañideras olvidan fácilmente que es en la medianía donde habitualmente han habitado y que lo que ahora denuncian como injusticia es una constante en la historia de nuestro fútbol. ¿O qué fueron las cinco ligas del Madrid de los 80 o las cinco copas de Europa en los 50, entre otros ejemplos que se pueden dar, sino un ejercicio despiadado de excelsa dictadura futbolística?

Confundir desigualdad, algo inherente al fútbol, con injusticia es de necios interesados. Retirarse de la lucha cuando la batalla apenas ha comenzado es un acto de cobardía y de desprecio a la competición que será debidamente castigado con un injusto diluvio de goles y fútbol. Y a otra cosa.


En la imagen, Di Stefano marca uno de sus tres goles al Eintracht de Frankfurt en la final de la Copa de Europa de 1960 que ganó el Madrid por 7-3. Puskas marcó los otros cuatro.

lunes, 22 de agosto de 2011

Pez de sangre blanca


En las gélidas aguas que rodean a la Antártica, vive una extraña familia de peces llamados peces de sangre blanca o peces de hielo (familía Channichthyidae).

Pueden alcanzar hasta 2 pies de longitud y pesar hasta 8 libras. Devoran peces, krill, y otros crustáceos. Los peces de sangre blanca tienen el hocico largo y ancho, y los dientes grandes. También son conocidos como peces de hielo cocodrilo.

Los peces de sangre blanca son únicos porque no tienen células rojas en la sangre de su cuerpo. Como resultado, se ven más bien pálidos, y su sangre transporta mucho menos oxígeno que la sangre de los peces con células rojas. La apariencia descolorida no es un asunto apremiante. Pero la provisión insuficiente de oxígeno sí lo es. Para resolver el problema, los peces de hielo tienen un corazón grande y fuerte que bombea grandes volúmenes de sangre a baja presión.

sábado, 20 de agosto de 2011

Real Madrid Requiem

El SS (ser superior), para sus adentros: Aunque él me quitare la vida, en él confiaré. Job 13:15